La inclusión financiera contribuye con el bienestar de la sociedad
POR NICOLÁS CASTILLO
Con la pandemia, fuimos testigos de las bondades de los servicios financieros y las oportunidades que ofrecen. Por ejemplo, la cuarentena llevó a las autoridades a abrir cuentas bancarias para la entrega de bonos a las personas más vulnerables, con la finalidad de evitar colas y aglomeraciones.
Asimismo, la necesidad de evitar el contacto físico —con otras personas, así como los billetes y monedas— y de prevenir la aglomeración impulsó a la población y comerciantes que ya tenían una cuenta bancaria (y a las que no, a contar con estas) a utilizarlas para hacer pagos o cobros mediante las billeteras digitales. Incluso, muchos negocios hallaron una nueva forma de vender con el delivery y los medios de pagos virtuales hasta la fecha.
Esto que nos sucedió hace más de tres años y que, en parte, contribuyó con que muchos de nosotros estemos vivos y la mejora de nuestra calidad de vida, es el mejor ejemplo de lo que significa y por qué es importante la inclusión financiera.
El concepto más sencillo de inclusión financiera hace referencia al acceso y uso de servicios financieros de calidad por parte de todos los segmentos de la población. Esta definición adoptada por la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera abarca como público objetivo a toda la población adulta, debido a que los niveles de exclusión financiera en el Perú no se limitan solo a la población marginada o pobre.
Personas y empresas
¿Cuál es el mecanismo de transmisión de la inclusión financiera en la sociedad? Por el lado de las personas, el acceso a productos y servicios financieros adecuados permite, por ejemplo, ahorrar sus excedentes de manera segura, en el sistema financiero formal, para ayudarlas a concretar sus planes futuros de educación, acumular el capital de trabajo para un emprendimiento, la adquisición de bienes de alto valor, etcétera.
Asimismo, la posibilidad de acceder a financiamiento para la realización de actividades generadoras de ingresos permite a las personas acumular activos y mejorar la administración de los recursos del hogar en el tiempo.
Además, la adquisición de coberturas de seguros dota de estabilidad a los hogares al respaldarlos, así como evitar la pérdida de su patrimonio ante la ocurrencia de siniestros.
Por el lado empresarial, la inclusión financiera les permite tanto a las empresas corporativas y grandes, así como a la mediana, pequeña y microempresa (mipymes) acceder a nuevas oportunidades de crecimiento a través de la inversión en nuevas tecnologías y en capital humano.
Al igual que los hogares, debido a que las necesidades de inversión o de gasto necesarias no se adecúan frecuentemente a los recursos generados, la inclusión financiera permite a las empresas acceder a ciertos productos que les brindan liquidez para afrontar los gastos respectivos.