Roberto Chiabra no oculta sus ambiciones políticas. “Estamos en proceso de inscripción, hemos pasado solo la primera fase”, advierte. Tampoco esconde sus críticas a la declaratoria de emergencia y al hecho de sacar a las Fuerzas Armadas a las calles.
¿Cuánto de verdad y de improvisación hay en esta medida?
Se está creando la falsa expectativa en la población de que se va a derrotar la inseguridad con estado de emergencia y sin estrategia. Es al revés: usted establece la estrategia y determina si es necesaria una declaratoria de emergencia. El gobierno no tiene un plan de seguridad ciudadana. El famoso plan Boluarte se lo hemos pedido en la Comisión de Defensa hace dos semanas y todavía no lo presentan, porque no lo tienen. La presidenta estaba en Nueva York y dijo ‘estado de emergencia’. Le preguntaron a la ministra de Vivienda y no sabía nada. ¿No lo han discutido en el Consejo de Ministros? Eso es grave. Habría que ver, por transparencia, porque los estados de emergencia tienen que darse con acuerdo del Consejo de Ministros.
Hemos tenido antecedentes desalentadores. El Callao ha tenido estados de emergencia por meses y no pasó gran cosa.
¿Sabe por qué fracasó el estado de emergencia en el Callao? Porque se anunció 20 días antes. Les dijo a los ladrones que se vayan buscando otro lugar y se fueron a Los Olivos. Además, todo el año pasado estuvimos en estado de emergencia por seguridad ciudadana, renovando cada 45 días. ¿Qué logramos? Porque, después de un año en estado de emergencia, no deberíamos estar así. Lo que pasa es que se hizo políticamente. Entonces, usted engaña a la gente. Creen que con eso se soluciona el problema. Hoy en día se decreta el estado de emergencia por cualquier cosa, ya perdió su esencia. La gente ya no sabe si está en Estado de derecho o estado de emergencia. ¿Cuál es la gran diferencia? Al mismo alcalde de San Juan de Lurigancho le dicen que no va a haber actividad nocturna hasta las 4 de la mañana y dice ‘no me la quite porque de eso vivimos’. Tiene que haber un equilibrio entre la seguridad y las libertades. Sacar a las Fuerzas Armadas tiene que ser el último recurso, cuando ya hiciste todo y ya es grave. ¿Por qué hasta ahora no veo a ninguna encuestadora que les pregunte a los ciudadanos qué siente cuando se le para al costado una moto con dos personas? ¿Por qué los alcaldes no empadronan mototaxis? ¿Por qué no han bloqueado a los celulares de las cárceles? ¿Por qué no han cerrado los mercados negros de celulares?
El alcalde cerró algunas tiendas de celulares robados…
Y nada. Entonces, no controla usted las motos, no empadrona los mototaxis, no bloquea totalmente los celulares de las cárceles, no cierra de forma definitiva los mercados negros de celulares, no les damos armas no letales a los serenos, no incrementamos la pena… Hay peruanos a los que no les gusta nada. Estamos en una democracia del ‘no’. Ahora, esta estrategia tiene que hacerse de abajo hacia arriba. Tienen que hacerlo desde los distritos hacia las provincias y las regiones. Porque cada uno tiene una realidad diferente. La inseguridad no es igual en Piura que en el Callao. Si hubieran conversado primero con los alcaldes, no estarían marchando para pedir estado de emergencia. Da la impresión de que la presidenta y el ministro de Interior son de Lima. No se puede engañar. Anoche (miércoles 21) ha habido un asesinato en Ventanilla. Y siguen robando. Entonces, ¿vamos a declarar estado de emergencia en todo el Perú?Parece no haber objetivos ni protocolos claros.
Si tiene una presidenta que no manda ni comanda, un primer ministro que cuando era ministro de Defensa dijo ‘a mí no me pregunten nada de las operaciones, solo de los resultados’, y un ministro de Defensa que, cuando pierde soldados, no se pronuncia y guarda silencio, ¿quién le da la seguridad política, el respaldo político? Un consejo al jefe del Comando Conjunto: que la orden se la den por escrito. De tal manera que quien ordena asuma después la responsabilidad. Fácil es decir ‘que salgan’. ¿Que salgan a qué? Vea la improvisación. La presidenta dice que va a formar una mesa de trabajo con el alcalde de San Juan de Lurigancho. ¿Cómo?, ¿ya declaraste el estado de emergencia y recién vas a trazar la estrategia en la mesa de trabajo? Dicen que el jefe del Comando Conjunto ya está haciendo el planeamiento. ¿Sobre qué objetivo? Dicen que las Fuerzas Armadas van a salir cuando la Policía se lo pida. ¿Van a estar en inamovilidad absoluta? A mitad de año, la presidenta dijo en el Congreso que habían capturado 144 mil delincuentes. La capacidad en el Perú es de 41 mil y tenemos 100 mil en hacinamiento. ¿Dónde están esos 144 mil? No se puede engañar porque la realidad desmiente. Entonces, si antes capturaron 144 mil, ¿con estado de emergencia van a capturar 500 mil?
¿Sacar al ejército desmoraliza a la Policía?
Por supuesto. ¿Cuál es el mensaje? Y la misma Policía actúa contra su imagen cuando presenta un informe reservado que pide la salida de los soldados. Gravísimo. ¿La delincuencia común ha sobrepasado la capacidad de la Policía? Ojalá no sea real. Le diría al ministro del Interior que actúe con mayor libertad. Según el alcalde de San Juan de Lurigancho, él no estaba de acuerdo con el estado de emergencia y ha cambiado de opinión. ¿Se lo han impuesto? Él se opone porque es policía y sabe que esto afecta la imagen de su institución. El ministro de Justicia es responsable por no bloquear los celulares de las cárceles, que es desde donde extorsionan. La extorsión es un problema de la inteligencia policial. ¿Qué tienen que ver los soldados? Y ojo: cuando alguien extorsiona con explosivos es un acto terrorista. Ahí tiene que ver el juez. ¿Por qué no se habla de un programa de protección de jueces y fiscales similar a los jueces sin rostro en tiempos de subversión? No son delincuentes comunes, sino bandas organizadas y carteles de narcotráfico. Las Unidades de Flagrancia son importantísimas, pero hay que masificarlas, no hacerlas por ‘puchitos’. He presentado un proyecto de incremento de pena por hurto y robo. Hay que trasladarles el miedo y la inseguridad a los delincuentes. Y no solo es sancionar delitos menores, sino a los menores que cometen delitos. Trabajo comunitario y charlas familiares. ¿Los padres no saben qué hacen sus hijos? Limpiar baños, barrer hospitales con tu mameluco. Centro de rehabilitación tres meses, para que vayan sintiendo la sanción.
¿Hay un déficit de 50 mil policías o es el régimen? Según la ONU, debe haber un policía por cada 300. O sea, 110 mil.
El ministro del Interior ha reconocido que no tiene efectivos para la calle. Además, nadie trabaja 24 horas. Si quieres formar nuevos policías, estás hablando de 2026. Pero el mismo ministro del Interior, en 2017, desapareció los guardias, que ahora quiere reponer. Y en 2009 se habían desaparecido los sargentos y cabos. Hice una propuesta más rápida para los guardias. Agarras a los jóvenes de un distrito. Servicio policial voluntario no acuartelado. Licenciados y no licenciados. Tres turnos de ocho horas. Y los pones de a tres: policía, serenazgo y guardia. El Serenazgo te da la logística. El policía asume el comando. Así tienes presencia en las calles. Con el sueldo básico, ese joven ya no es ganado por la delincuencia, paga sus estudios y mantiene a su familia. De ‘nini’ pasa a ser un joven valorado, da seguridad y encima estudia. Ya tenemos cómo generar empleos para jóvenes, mujeres y demás.