La presidenta de la República, Dina Boluarte, inició un periplo que la llevará a diversas capitales europeas, entre las que destaca Ciudad del Vaticano. Hasta ahí nada que objetar, pues lo hace al amparo de la ley que le permite el ‘teletrabajo’, es decir, despachar a distancia, como si estuviese en Palacio.
No sabemos, en cambio, si se trata de visitas fundamentales para el país en estos momentos. Porque ni el contexto nacional ni el internacional parecen estar precisamente como para viajecitos improductivos que suelen limitarse a declaraciones oficiosas de amistad y cooperación con escaso correlato en la realidad de los países involucrados.
En casa son conocidos los agudos problemas de seguridad ciudadana en los que el Gobierno no termina de dar con la tecla y respecto de la economía, las cosas no van mejor, pues la recesión es ya una realidad que afecta a los peruanos cotidianamente.
Pero más grave aún es la coyuntura internacional. Mientras la presidenta anda de gira en Europa utilizando un Boeing de la FAP, decenas de compatriotas se encuentran varados en medio o muy cerca del recrudecido conflicto bélico en Israel y la Franja de Gaza, cuyas cruentas y dramáticas imágenes han dado la vuelta al mundo.
A diferencia de otros gobiernos de la región –Chile, sin ir muy lejos— que han enviado los mejores aviones de que disponían para rescatar a sus connacionales, Dina Boluarte usa la nave de la Fuerza Aérea Peruana con propósitos bastante menos urgentes.
Resulta alarmante que la presidenta no haya tenido el tino de preocuparse por repatriar a los peruanos atrapados en medio del fuego entre Israel y Hamás. Hasta la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso se ha permitido llamarle la atención a la mandataria para que envíe a la zona de guerra ese mismo avión que la ha transportado a Europa.
Es cierto que algunos compatriotas han logrado desplazarse, por sus propios medios, hacia Cisjordania, Jordania y Egipto, por ejemplo, para ponerse a salvo de las balaceras y bombardeos. Lo más indicado, sin embargo, hubiera sido organizar de inmediato un vuelo humanitario, una suerte de puente aéreo, pues hasta ahora no todos los peruanos que se encontraban en Israel al momento del ataque de Hamás han logrado salir de la zona de guerra. Usted tiene la palabra, señora presidenta.