Estado pone trabas para que mineras construyan centros de salud en regiones

Remodelar y equipar una pequeña posta médica en Antauta, un distrito en la provincia Melgar en Puno, tomó cuatro años. Luego de varias idas y venidas, el Ministerio de Salud aprobó el expediente técnico de un proyecto —estancado en burocracia— que había sido concebido por la minera de estaño Minsur para mejorar la desatención crónica del centro médico del pueblo.

Así luce la posta médica Antauta, en Puno, luego de que su remodelación demorara 4 años por trámites burocráticos. (Facebook)

El mejoramiento de la posta fue sacado adelante con una diligencia nunca antes vista dentro del Minsa a raíz de la pandemia del COVID-19, que puso al sistema de salud de nuestro país en jaque.

“Tuvo que venir la pandemia para que nosotros (Minsur) pudiéramos actuar y remodelar la posta. Hay una indolencia en el gobierno central. Una posta médica en el interior de Melgar tiene una prioridad bajísima”, expresó Gonzalo Quijandría, director de asuntos corporativos de Minsur.

Si remodelar una posta tomó cuatro años, ¿cuánto demorará aprobar la remodelación de un hospital?

Minsur ha retomado la remodelación del hospital Carlos Cornejo en la ciudad de Azángaro, un proyecto olvidado por el Minsa desde 2017. Hace dos meses, el gobierno regional de Puno y la compañía minera firmaron un convenio para remodelar el nosocomio, cuya inversión superaría los S/150 millones.

“(Remodelar) una posta médica nos tomó cuatro años. Así que este proyecto (de Azángaro) puede tomar muchísimo más. Es así de dramática la situación. No es la primera experiencia que tenemos donde el ministerio se demora muchísimo en revisar y aprobar expedientes técnicos de hospitales”, insistió Quijandría en diálogo con Perú21.

Pero si se advierten obstáculos en el hospital de Azángaro, el nosocomio Víctor Ramos Guardia en Huaraz ya los enfrenta. A mediados de agosto los ancashinos organizaron un paro regional exigiendo a la minera Antamina financiar la construcción del nuevo hospital.

Según Antamina, inicialmente ellos se habían comprometido en invertir S/313 millones, pero el Ministerio de Economía y Finanzas amplió el monto de los Certificados de Inversión Pública Regional y Local para el Gobierno Regional de Áncash, y la inversión inicial se triplicó a S/1,009 millones.

Ante el significativo incremento, la minera anunció el 9 de agosto último que no ejecutaría el proyecto a ese costo. Al mes siguiente, en una reunión liderada por la Presidencia de Consejo de Ministros (PCM)—a la que asistieron funcionarios del MEF y del Minsa, autoridades regionales y municipales y Antamina— se le encargó a Proinversión buscar más inversionistas.

Tanto el hospital de Azángaro como el hospital Víctor Ramos Guardia son obras que serán financiadas bajo la modalidad de Obras por Impuestos, un mecanismo que le permite a empresas privadas invertir sus impuestos en proyectos de infraestructura.

Sin embargo, también es una iniciativa arriesgada si se considera la burocracia arraigada en todos los niveles de gobierno que entorpece trámites claves para ejecutar un proyecto de salud.

Una de las primeras trabas es obtener el saneamiento físico y legal de los terrenos, señala Iván Arenas, especialista en gestión pública (Ver Análisis).

Fuente: Peru21

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